sábado, 27 de enero de 2018

#MeToo

Con el movimiento #MeToo, organizado para denunciar casos de acoso sexual tras el escándalo de Harvey Weinstein, se ha puesto de manifiesto los casos de acoso sexual en la industria cinematográfica, pero se ha extendido a todos los ámbitos del mundo laboral femenino.
Es un buen comienzo, pero no es suficiente.

Por desgracia, todavía queda quien se mofa de las víctimas de este tipo de violencia machista, es un colectivo muy  incomprendido, incluso por las propias mujeres. En una ocasión yo misma me encontraba en una cafetería, cuando escuché que en la mesa de al lado un grupo  ridiculizaba a una víctima cuya denuncia había aparecido en un artículo de prensa. Dado lo ofensivo que me resultó la actitud insensible de este grupo, cuando terminé y me dispuse a salir de la cafetería, no pude evitar acercarme a su mesa y decirles: "¿Por qué os reis? ¿A vosotros no os ha pasado verdad? Esa persona se merece un respeto, espero sinceramente que no tengáis que pasar nunca por esa situación". Aunque mi comentario fue sereno, todos quedaron con cara de estupefacción, y antes de que pudieran responderme me fui. La verdad es que no quería iniciar un debate, solo hacerles recapacitar sobre su actitud machista, sobre todo a las mujeres de la mesa, en esta travesía todas estamos en el mismo barco.
Es un buen comienzo, pero no es suficiente

Yo sabía muy bien de lo que hablaba, sé que es muy importante recopilar información desde el primer indicio, se lo difícil e importante que es identificar lo que está ocurriendo y se lo difícil que es tomar las decisiones adecuadas, y lo difícil que es no culparte a ti misma. Pero no reaccionar a tiempo supone terribles consecuencias psicológicas para la víctima, por lo que debemos compartir la información que tengamos para disminuirlas, y no tener miedo de hacerlo. Eso es lo que yo pretendo a través de este medio.
Debemos ser conscientes de que el acoso sexual no es un juego, es un delito. De hecho, no precisa continuidad, un solo episodio es suficiente para que sea un delito, pero continuará repitiéndose si no le ponemos freno.

Un acoso sexual, no es más que un paso más del acoso moral. Se trata de una relación de poder, no es un cortejo, ni siquiera tiene como objetivo obtener favores sexuales sino el sometimiento de la víctima.
Si eres víctima de un acoso sexual no hay una forma correcta de actuar, ni de evitarlo,  porque: Si te niegas, serás castigada por tu agresor con nuevas agresiones, intentará humillarte, descalificarte, desacreditarte, aislarte y, créeme, lo logrará. Basta con inducir la duda en la cabeza de los demás. Pero, ¿qué pasa si accedes? Si lo haces una vez nunca más podrás negarte, porque tu agresor dirá que eras tú quien le ha provocado, puesto que consentiste, incluso que lo incitabas.
 
Si decides negarte, prepárate para ser descalificada, difamada y aislada como forma de presión. Al acosador le resulta fácil humillar a la víctima, Cuantas veces no habremos escuchado: "Esa ha llegado donde está a base de polvos". Por lo que el acosador solo necesita sembrar la duda sobre la víctima para que el grupo la juzgue y la presione, el comportamiento de los compañeros de trabajo actúa como medida de presión.

La víctima se encontrará aislada, nadie querrá ayudarla. Quienes la crean porque no querrán sufrir represalias por ayudarla y quienes no la crean porque consideran que está provocando la situación y que no merece ninguna ayuda.

La amenaza del desempleo provoca el silencio de las víctimas, disuadiéndola de buscar ayuda fuera de la empresa. Esta es la mayor baza del acosador.

 Es un buen comienzo, pero no es suficiente.

 En ocasiones la víctima, desesperada, decide a denunciar esta situación ante la empresa. De hecho es muy probable que la empresa tenga conocimiento de los abusos, pero los tolerará siempre que está situación no repercuta negativamente a sus resultados.

Ante estas denuncias la empresa suele responder que no existen pruebas de ese acoso, e incluso puede emprender medidas disciplinarias contra el denunciante, que pueden llegar a suponer su despido. La empresa, una vez has sido estigmatizada por el grupo, puede considerarte el origen de la tensión laboral y por lo tanto la persona de quien deben prescindir.

De forma más habitual de la que sería deseable el acoso sexual continua con un acoso moral y, finalmente, con el despido de la trabajadora. Por ese motivo es sumamente importante un asesoramiento legal de calidad desde el primer momento; porque, no te engañes, no se le va a pasar con el tiempo, puede que se entretenga acosando a otra, pero volverá y puede durar años.

Hay mucho por hacer, mucho por cambiar y el movimiento #MeToo me parece un magnífico comienzo.

 

 

 

#MeToo

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